Con toda mi admiración y respeto para el gran maestro Alfredo Guati Rojo, quien en vida me brindó su calidez para explicarme su inmenso cariño a la acuarela y sobre sus esfuerzos por conservar y divulgar esta hermosa técnica, y quien para siempre nos legó el valioso y bello resultado de sus trabajos y labores al respecto.